Hemos hablado de la educación en valores como la mejor herencia para dejar a l@s hij@s y de la importancia de la educación emocional para su bienestar. Sin duda la gratitud las engloba a ambas. La gratitud es un valor que se transmite, desde pequeñitos recordamos como nuestros padres nos decían que debíamos dar las gracias cuando nos daban algo o ayudaban, forma parte de nuestros protocolos sociales y de cortesía. Pero aún más importante, la gratitud también es una emoción que se siente. De hecho, es una de las consideradas como positivas por el efecto que tiene en nosotros. Sentirse agradecido aporta beneficios psicológicos y emocionales. Incluso hay quienes afirman que la gratitud es una de las claves para la felicidad.
Sabiendo esto es curioso cómo se tiende precisamente a lo opuesto. Sobran las quejas, las cosas que van mal o las que faltan, a veces nos olvidamos de darnos cuenta de lo afortunados que somos simplemente por lo que ya tenemos. Y con tener también vale pensar en salud, familia, un techo donde dormir, comida cada día o pequeños momentos que a veces no llegamos a apreciar.
¿Cómo vamos a enseñar gratitud a los niños?
Una vez más es un hábito que lo van a incorporan si lo viven en casa. Practicar la gratitud en familia ayudará a los peques a que estén de mejor humor, que sepan ver el lado positivo de cada situación y tener un recurso al que acogerse durante momentos adversos. Hay varias maneras de crear el hábito de sentirse agradecido y hemos querido compartir algunas sencillas propuestas.
Ideas para practicar la gratitud:
Momento en familia: Aprovechar la cena al final de día para que entre todos verbalicemos por lo que damos gracias. Si ven que nosotros lo hacemos, ellos nos acabarán imitando.
Caja de la gratitud: tenemos claro que existen los buzones de quejas, pero ¿porque no crear uno de buenos momentos? Podemos escoger una caja bonita y dejarla en un sitio de la casa. Cada vez que alguien esté agradecido por algo, lo escribe en un papel y lo mete en la caja. Al final de la semana o de un tiempo (por ejemplo, este confinamiento) se pueden leer entre todos y darnos cuenta de todo lo bueno vivido.
Diario de gratitud: si el peque es un poco mayor, puede tener su propio diario personal. Al final de cada día, antes de irse a dormir, se escriben 3 cosas por las que se está agradecido. Sin duda es una manera de dormirse con una sensación de bienestar, y es un recurso individual que podrá utilizar toda su vida.
Juego de la gratitud: se trata de coger objetos de colores, por ejemplo, lápices, pelotas o cuerdas. Cada vez que te toca un color miras la categoría que te ha tocado y completas la frase. Se pueden hacer tantas rondas como se quieran, personalizar las categorías o incluso utilizar un dado y números:
Nosotros hoy estamos agradecidos por dedicar tiempo a algo que nos gusta y apasiona. ¿Y vosotros? ¿por qué os estáis agradecidos hoy?
Encuentra el Diario de la Gratitud descargable en nuestra sección Aprender Jugando.
Комментарии